Un informe pericial odontológico es un documento técnico y legal que redacta un dentista con formación en peritajes para analizar un tratamiento odontológico y determinar si se ha producido una negligencia. Este informe no es una simple opinión personal: se trata de un análisis riguroso, basado en pruebas clínicas, protocolos médicos y normativa legal, que puede utilizarse como evidencia en procesos de reclamación o juicio.
El contenido de un informe puede variar según el caso, pero normalmente debe contener:
Datos del paciente y del perito odontólogo. Identificación clara de ambas partes.
Antecedentes clínicos. Se revisa la historia dental del paciente, los tratamientos previos y las pruebas diagnósticas realizadas.
Descripción del tratamiento objeto de conflicto. Se detalla qué procedimiento se llevó a cabo (por ejemplo, colocación de implantes, extracción dental, endodoncia).
Valoración técnica. Aquí el perito explica si el tratamiento fue realizado según la “lex artis”, es decir, los estándares que todo profesional debería seguir en odontología.
Conclusiones. Se indica si ha existido una actuación negligente, cuál fue el error y qué consecuencias ha tenido para la salud del paciente.
Un paciente puede intuir que algo no se hizo bien, pero para una reclamación legal no basta con la percepción personal. Los tribunales y aseguradoras necesitan un documento objetivo que explique, de forma comprensible pero fundamentada, por qué la actuación del dentista fue incorrecta.
El informe pericial odontológico sirve como:
Prueba en procedimientos judiciales. Un juez necesita la valoración de un experto para decidir si existió mala praxis.
Herramienta de negociación extrajudicial. Muchas veces, la sola presentación de un informe bien fundamentado lleva a acuerdos con clínicas o aseguradoras, evitando llegar a juicio.
Orientación para el paciente y su abogado. Ayuda a definir si la reclamación es viable y qué daños pueden reclamarse (físicos, estéticos, económicos, psicológicos).
Un informe odontológico habitual se centra en describir el estado de la boca y el tratamiento aplicado. El informe pericial, en cambio, va más allá: analiza si el tratamiento se ajustó a los protocolos, evalúa el daño causado y traduce esa información al lenguaje que un juez o una aseguradora pueden entender.
Imaginemos que un paciente se somete a un implante dental y, tras la cirugía, sufre una lesión en un nervio que le causa pérdida de sensibilidad en la mandíbula. El informe pericial analizará:
Si el profesional informó de ese riesgo.
Si las pruebas diagnósticas previas fueron suficientes.
Si la técnica utilizada fue adecuada.
Y si el daño sufrido guarda relación directa con el procedimiento realizado.
En definitiva, el informe pericial odontológico es la herramienta clave para transformar una sospecha en una prueba sólida. Gracias a este documento, el paciente no se enfrenta solo a una clínica o aseguradora, sino que cuenta con la opinión experta e independiente de un profesional que conoce tanto la odontología como el marco legal.