La negligencia por diagnóstico ocurre cuando un dentista no identifica correctamente un problema dental, lo que puede causar complicaciones serias. Esto sucede, por ejemplo, cuando no se detecta a tiempo una enfermedad grave o se diagnostica mal un problema, llevando a tratamientos innecesarios o perjudiciales.
Ejemplos de este tipo de negligencia incluyen:
Diagnosticar mal una pieza dental: Si el dentista realiza una endodoncia (matar el nervio) en un diente que ya no se puede salvar, causando la pérdida del mismo.
No detectar un problema a tiempo: Esto ocurre si el profesional no identifica una enfermedad periodontal (de las encías) o un cáncer oral en sus primeras etapas, lo que permite que el problema avance y se vuelva mucho más difícil de tratar.
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