Cuando visitamos al dentista, confiamos en recibir el mejor tratamiento. Sin embargo, en ocasiones el profesional no actúa con el cuidado y la atención necesarios, desviándose de los estándares aceptados. Como resultado, el paciente sufre un daño bucodental.
Este tipo de negligencia puede ocurrir en diversas situaciones:
Implantes mal colocados: Si el dentista no planifica bien o coloca el implante en una posición incorrecta, lo que puede causar dolor, infecciones o incluso la pérdida de hueso.
Extracciones mal realizadas: Cuando la extracción de una muela o diente daña estructuras cercanas, como los nervios o los dientes vecinos.
Elección incorrecta de materiales: Utilizar un material de menor calidad o uno no adecuado para el caso particular del paciente, lo que puede provocar fracasos en el tratamiento.
Endodoncias defectuosas: Si durante un tratamiento de conducto se perfora la raíz o se rompe una lima dentro de ella, comprometiendo la salud de la pieza dental.
Solicita una consulta inicial y descubre si has sido víctima de una negligencia dental. Analizaremos tu situación de forma profesional y sin compromiso.
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